REPRODUCTOR MUSICA

martes, 26 de abril de 2011

Historia inacabada

El teléfono nunca sonó y nadie vino a buscarla. Se enteró por los noticiarios. A veces los escuchaba de fondo mientras cocinaba, pero ese día casualmente se había encontrado de frente con la noticia, justo delante de la pantalla, y las imágenes se quedaron fotografiadas en su retina. Se preguntaba una y otra vez por qué nadie la había avisado... ¿Acaso ya no la recordaban? ¿Quizá es que no era bienvenida? ¿Es que el tiempo le había quitado el derecho de estar presente e incluso de ser informada?

Pensó si quizá era ella quién debía llamar... quizá había dejado de ser su derecho y ahora era su obligación. ¿Qué hacer? Llamaría a su amiga, tenía que comentarlo con ella, consultarle. Ella estaba demasiado abrumada para pensar con claridad. Y su amiga le planteó el problema tan claramente que la solución surgió sola: tenía que llamar, la educación estaba por encima de todo y ya que ella se estaba planteando hacer las cosas bien, tenía que hacerlas, si alguno se equivocaba no sería ella.

Está bien, llamaría, pero sólo una vez. Se prometió a si misma no pisar su orgullo, y con decisión agarró el teléfono y marcó el número. El teléfono sonó con un "ring" que le sonó demasiado grave, demasiado largo, la pausa hasta el siguiente "ring" fue interminable y empezó a dudar de que alguien le contestara. ¿Debería insistir hasta contactar? Al otro lado, el teléfono seguía dando llamada. De repente hubo un sonido brusco, unas eternas centésimas de segundo de silencio y luego una voz...
"¿Dígame?"
"Hola... soy yo... He visto las noticias..."

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