REPRODUCTOR MUSICA

martes, 19 de abril de 2011

Un día perfecto

Vamos a suponer que hoy es un día especial. Olvidemos que el sol parece haber palidecido y que los pájaros suenan en un tono menos agudo y alegre. Imaginemos que las flores siguen perfumando el ambiente y punteando de color el paisaje que ahora es gris y estéril. Intentemos que la brisa no nos hiele el rostro. Vamos a hacer un esfuerzo porque al mirar a nuestro alrededor todo nos parezca bonito. Vamos a intentar tener un día perfecto. Pongámonos las gafas de lo hermoso para que lo auténtico no nos devore. Ya no importa que veamos la realidad o no, aquellos filósofos que tanto buscaban la verdad estaban equivocados. Quién se preocupa demasiado por conocer la realidad verdadera sólo descubre que el mundo es horrible en su plenitud despreciable, que lo que siempre nos pareció hermoso por dentro está podrido... esa es la verdad que los filósofos buscaban.Y tú dirás que no quieres vivir engañado, pero si la felicidad es inversamente proporcional a la sabiduría quizá en ocasiones sea mejor ser un ignorante feliz. ¿Feliz?

Yo ya no defiendo el valor de descubrir lo auténtico. Ahora he comprendido que aunque erremos en nuestro juicio a veces nuestro "filtro" es inteligente por si mismo y nos plantea una realidad ajustada a nuestras necesidades con el único fin de hacernos la vida algo menos difícil. Si todos los órganos de nuestro cuerpo están ahí para algo, ¿por qué no va a ser igualmente útil que nuestro cerebro funcione con este mecanismo? Ser inteligente es un yugo para la felicidad. Quizá volvernos ignorantes selectivamente sea también una forma de inteligencia.

Y así ver, oir, sentir, percibir sólo lo que nos gusta y nos alegra, porque la felicidad se compone del sumatorio de muchos momentos de alegría, placeres y deseos cumplidos. Inventémonos nuestra propia felicidad. No será real, pero será real para nosotros en la medida en que nos la creamos.
Y hablando del Saber (refiriéndome a la realidad cotidiana fuera del saber científico y teórico), conocer demasiado nunca fue totalmente positivo. Hay que saber sólo lo estrictamente necesario. El resto son accesorios, lastres y cargas que estorban en nuestro camino. El saber no ocupa lugar, pero limita el espacio que ocupa tu sonrisa.. Nadie ha dado nunca con el mecanismo hacia la felicidad, así que si creías que esto funcionaría borra esa estúpida idea de tu mente y abre los ojos:
I N F E L I C I D A D.

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