Eres el mejor regalo. Nadie habrá nunca que pueda compararse a ti. No hay otros ojos que necesite tanto que me miren. No hay otro cabello que me guste más acariciar. Tu respiración durmiendo junto a mi cuello en esas noches frías de invierno es como una tisana tranquilizadora. Abrazarme a ti es una dosis de calma en cualquier circunstancia.
Cuando estoy nerviosa y me miras con tus ojos negros clavándose muy dentro me siento ridícula y veo con toda claridad que sólo soy feliz en calma. Inyectas en mi la tranquilidad que necesito. Cuando estoy triste te acercas a mi, apoyas con delicadeza la mano en mi rodilla y me miras. Me abrazo a ti y aunque las lágrimas me inunden mi corazón siente la calidez de tu amor incondicional. Jamás cambiaría tu compañía por ninguna otra, porque sabes hablarme en tus silencios y callar con tu mirada. Quizá sea tu calor como una manta que me abriga, quizá sea el nunca haberme fallado... sólo sé que eres el mejor regalo que haya podido darme la vida.
Cuanto más conozco a los hombres, más quiero a mi perro.
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