Un médico diría que he muerto, que la línea es recta y el sonido es un desagradable "biiip" interminable. Un médico diría que mi corazón hace tiempo que no late, que ya está frío e inerte, que se endureció después de tanto tiempo fallecido. Diría que ya la reanimación es inútil, que no hay ya posibilidad alguna de que vuelva a funcionar como antaño. Un médico diría: "hora del éxitus...." y luego una fecha aleatoria... quizá cualquiera, y lo diría como cargando de tedio las palabras después de haberlas pronunciado en tantas ocasiones. Un médico experimentado cubriría mi rostro inmediatamente con una sábana blanca y desgastada después de haber cerrado mis ojos obligándome a realizar el último parpadeo. Un médico no perdería un segundo más por mi.
Y sin embargo, un médico estaría equivocado. Muy equivocado.
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