Tan perfecta y tan maldita. Jamás entenderé tus silencios. No sabré comprender tus incongruencias. Su nombre es Mentira. Podrías darme el sol, pero siempre en sombra. Podrías entregarme el arco iris, pero siempre en blanco y negro. Podrías sacrificar tu alma y entregarla en el infierno y yo no ganaría ni un "gracias" porque ya es suya.
¿Cuántas lágrimas tiene un silencio? Muchas, pero siempre menos que una máscara repulsiva de beldad falsa. Charlatán. Tú siempre serás un proyecto, un gran hombre en potencia y un aviso de alerta en el acto. Del por qué creo que nunca sabré, pero válgate saber que aunque quisieras ya no llegarías. Fuiste tanto con tan poco entregado que se te quedó corta la vida.
Yo me miro. ¿Qué has hecho conmigo? Sentir tus pasos en mi espalda torturan el sacrificio al que me obligo. Mis aprendizajes más que repetidos se intentan abrir camino con rabia luchando contra tu hegemonía. Hoy Napoleón ganará mil batallas, pero su mano abrazará siempre con furia su estómago doliente, agonizante.
Llora, por favor. Por una vez en tu vida, de verdad, dejando que tu alma rompa a gritos. Llora. Sólo entonces te perdono.
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