
Rememorando conquistas saludó a las presentes, y buscando a tientas su pasado porte y elegancia hizo lo propio con los componentes masculinos del grupo. Fingió entereza durante toda la velada, sabiendo que su mente sublime respondería con aceptable lógica cualquier cuestión que se le planteara mientras dentro de él se libraba la gran batalla en la que uno de los frentes había sido ya declarado vencedor .
Frente a él volvía a estar su imagen, menos nítida gracias a la poca iluminación, pero a sus ojos se asomó la consciencia: hacía grandes esfuerzos por recuperar su plenitud, mas eran vanos, pues el enemigo los saboteaba y lo transformaba en aquella especie de alter ego que él detestaba. Haría lo que fuera por lucir amplias sonrisas, arañaría dentro de sí mismo hasta permitir al mejor actor hacer su gran papel... todo con tal de que aquella gente no alcanzara a asomarse a su desdicha... pero todos lo sabían. Y sólo unos pocos le devolvían con cariño la sonrisa.
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