Del baúl de los recuerdos he recuperado esta historia que escribí para una clase de literatura cuando tenía 16 años.
No sé si decirte antes quién soy o empezar por revelarte la falsa vida que vives. Tanto una cosa como la otra te parecerán increíbles, te han programado para eso. Sí, no eres más que una máquina creada por un orate, te dio una capacidad de pensar aunque hay cosas que no puedes ni imaginar. Evitó que pudieses tener pensamientos propios para no perder el control sobre ti. Si esto es cierto y funcionas correctamente puedes estar preguntándote por qué te descubro todo ésto ahora. Me anticipo a tu pregunta y te revelo la respuesta: le gusta el riesgo. Ese viejo loco hijo de puta es un morboso.
Cuando piensas, imaginas, inventas, las ideas que están pasando por tu cabeza, o mejor dicho, por lo que tú llamas cabeza, son obra suya. Ésa es la verdad para ti. Creó un entorno similar al suyo, construyó una ciudad que se asemejaba a la suya, puso más imágenes animadas a tu alrededor que actuaran como personas, te dio una vida, te está entregando un presente y te está ofreciendo un futuro. Todo lo que oyes, sientes, piensas, percibes... todo a tu alrededor e incluso tú no es más que un espejismo que él creó para ti. Cuando juega con ese espejismo te parece que está pasando el tiempo, pero no es más que otra mentira. Si él quisiera te haría en este momento ser completamente feliz, pero le gusta jugar contigo.
Sé que al saber la verdad puedes resentirte, pero luego agradecerás la existencia que te regaló aquel día con su ordenador, como yo. Por cierto, él incluyó mi imagen en tu espejismo, hace tiempo, por simple morbo, soy otra imagen virtual consciente como tú. Si me preguntas si esto es cierto o intentas aclararlo de algún modo, te diré que es falso. Tengo que confundirte para que no te rebeles y sea imposible mantener el control sobre ti. Para eso fui creada.
Una vez él dudó si de verdad te parecía real el juego virtual que eres. Para él, en efecto, no lo era. Por eso incluyó en ti la idea de que todo era real, mandó a la papelera de reciclaje todas tus dudas e incógnitas. Esas clases de filosofía no eran más que situaciones creadas por él, circunstancias de riesgo que te dejaban atisbar la verdad pero sin descubrirla por completo. Ese suceso que tan mal te hizo sentir y que todavía aún recuerdas con dolor no fue más que el rápido movimiento de sus dedos sobre las teclas del ordenador. Cuando levantas una mano para abrir una puerta que no existe, cuando caminas, cuando hablas, lo que dices y lo que haces, todo es obra suya. Todas tus reacciones son pensamientos de un ido. Tu propio yo, tu identidad personal, tu forma de ser... todo eso no es más que pura fantasía.
Ya sabes la verdad, no eres más que un trozo diminuto de un microchip. Y a pesar de haberte revelado ésto él seguirá jugando contigo, sembrando en ti la duda de si vives en una realidad tangible o en una mera ficción de película futurista. Dudarás toda tu vida, porque yo me ocuparé de ello. Esta confesión te hará sumergirte en el mismo lago oscuro en el que yo estoy. ¿Por qué das por hecho que es cierto todo lo que hay a tu alrededor y tienes seguridad de tu existencia si no hay cosa más dudable que ella misma? Por otro lado, ¿por qué creer en mis palabras?
No tienes amigos, todos ellos son imágenes virtuales que actúan a su antojo. Estamos solamente tú y yo en este mundo falso, copiado. No hay nada más cierto para nosotros que la soledad que has sentido tantas veces en medio de la muchedumbre, esa sensación de que a nadie importas. En tu soledad está la crudeza de la realidad. Lo único que haces es obedecer órdenes, las órdenes que él te da, igual que yo. No tengo la culpa de haber aprendido a poner en práctica lo que hacen conmigo: jugar, aunque sean virtuales. Yo fui enviada para que naciese en ti la incertidumbre. Ahora que lo he conseguido no me iré. Como ya he dicho haré que ésta permanezca en ti hasta que los circuitos de su ordenador se desgasten y el trozo de microchip que te corresponde quede destruido. Si me preguntas, me reiré y te llamaré idiota. No hay terror más profundo que aquel del cual estoy siendo objeto. Es mentira, todo es pura mentira.
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