Te confundí con otro.
Te miré y te vi inmenso y valiente.
Te vi imperfecto pero creciente.
Te vi en mi mente, de tantas maneras que me sentí abrumada.
Siempre a la altura porque eras comprensivo, siempre sensato aunque sensible.
Pero te confundí con otro, te confundí con aquel que yo había inventado en base a mis deseos.
Te interpreté como quise para que para mi fueras perfecto.
Te confundí con otro y volví a perder el tiempo.
Yesenia Pineda.
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