Yo siento la llegada del frío, la siento tanto que se me llena el estómago de mariposas. Noto las ausencias de calor con todas sus consecuencias, y también noto las presencias que se manifiestan como un viento helado cortando la piel, que te envuelve y te abraza, que obliga al corazón a ejercer ese fuerte latido que caliente las arterias.
Me acomodo sin rechazos a ese abrazo rudo y pleno de nostalgias. Yo siento la llegada del frío, la siento tanto que se me llena el estómago de mariposas... no sé vosotros. Cierro los ojos y me mudo al sol. ¿Por qué habría de quedarme donde se hielan las almas?
Yesenia Pineda.
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